Es un extraño coraje el que me das
William Carlos Williams
Las espaldas que se vuelven también nos miran
tus ojos son un claro del valle
donde mis pies persisten
es difìcil quererse con el
frío
pero más fría es la falta de
recuerdos
una día me tendrás
en esas casas con liquen en el
techo
confundo gatos con
ovejas
me cobijo en lo dulce
como quien se enferma
madre
padre
he nacido sin rebaño y
deslanada
ustedes perdonen
mi flaqueza ante esos ojos
mi desobediencia natural a los
cayados.
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