viernes, 11 de abril de 2014

NOZAROC


La paciente sigue sus recomendaciones de cómo saltarse la cola y hacerse la lánguida, sin importar si otros moribundos de vieja data necesitan al doctor mucho más que ella. Cuando le llega el turno para la consulta, se oprime el plexo con fuerza, y se da cuenta de que su nozaroc ya no funciona. Se siente orgullosa, aún es una actriz de primera tabla: ¡su sangre podía enrojecer si se lo pedían! Pero el cardiólogo Nozaroc ha saltado por el muro.

Los pacientes abandonan la sala alegremente.


Karelyn Buenaño.

No hay comentarios: